domingo, 11 de abril de 2010

Codicia.

 Aunque Isilian era el miembro más reciente del Concejo su palabra tenía gran peso, más del que muchos quisieran. A algunos no les agradaba el poder del que gozaba Isilian, pero debían aceptar que cada aporte hecho por él significaba mucho para todos. Los conocimientos que se habían adquirido en Irilnak eran invaluables. Además cada proyecto que era supervisado por él se convertía en un éxito rotundo. Por ello había ganado seguidores entre los demás miembros.

— Está de más que les recuerde lo difícil que les resultó llegar a Irilnak. La presencia del Imperio en Rub Al Khali puede ser perjudicial para nuestro desarrollo. Desde que han comenzado a utilizar esa ruta, he sentido que la fuerza protectora del desierto se hace más resistente y agresiva, tal vez con la intención de defenderse de la presencia de los viajeros. Debemos buscar el medio de limitar sus irrupciones en el área. La mejor manera es controlar el acceso del Imperio al cristal. — todos comentaban entre si la opinión de Isilian.

Sikfridien, uno de los concejales más antiguos, se puso en pie y se dispuso a hablar. — Una acción como esa causaría una reacción hostil por parte del Imperio. Ellos no buscan nada más que una ruta a Varkavia a través del desierto.

— Por el momento sólo buscan eso. Pero cuánto tiempo pasará hasta que comiencen a hurgar en las arenas. Todos saben que debajo del Rub Al Khali se esconden muchas cosas. Sus fines afectan a nuestros fines.

Cada uno hizo uso de la palabra exponiendo sus ideas contrarias. Pero las de Isilian obtenían más peso con cada silaba pronunciada. Al final, la idea de aumentar el precio del cristal al Imperio para así aminorar su frecuencia de viaje fue aprobada por la mayoría y se puso en marcha.

 La idea tuvo el efecto predicho, los viajes del Imperio disminuyeron considerablemente, pero el problema de la fuerza que protegía al Rub Al Khali de las habilidades psíquicas de los saikmunes no menguaba, al contrario, cada vez se hacía más difícil para los cuerpos mentales el acceso y la estancia en el lugar.

Esta vez se requerían medidas más directas y la opción dada por una parte del Concejo fue tomar las armas. Isilian no se mostró a favor ni en contra de la idea, aunque fue él mismo quien introdujo aquellos pensamientos en las mentes de los concejales mediante sus superiores habilidades psíquicas. Poco a poco estaba obteniendo el dominio de la voluntad de todo el Concejo.

Se tomó la decisión de atacar a los transportes del Imperio haciendo uso de las artes arcanas. Los escarabajos comenzaron a ser embestidos por fuerzas invisibles.

5 comentarios:

Igor dijo...

Me he leído este fragmento. Promete. Está bien escrito, pero como no he empezado por el principio, ando un poco fuera de juego. A ver. Debeo merodear.

PD: tono serio, lógico. Yo creo que es el bueno.

Igor dijo...

Oye, ¿son tuyos los dibujos? Están bieeeeennnn,

Oscar dijo...

Eddie, te recomiendo toda la poesia de Fernando Pessoa, el te va a "abrir" la cabeza.
Un abarzo
Oscar

Lucas Passerini dijo...

Qué lo parió. Qué bien suena este capítulo. Prometo ponerme al día, leer de adelante hacia atrás y buscarle el hilo a la historia. Prometido.
Un abrazo.

LiterataRoja dijo...

Luego de un tiempo de ausencia, vuelvo por aqui a ponerme al día y dejarte un beso!!